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viernes, 18 de noviembre de 2011

La influencia del Gobierno sobre la prensa.
                                                        
                                                        JOHN PILGER:
“LA VIDA DE MUCHAS PERSONAS DEPENDEN DE LA VERDAD”


Lo que los medios no quisieron contar sobre las guerras.

J. R. Aguilar.


La información es poder. En todos los conflictos bélicos el poder lo tiene la información. Los gobiernos de los países dirigentes utilizan esta herramienta a su favor paa conseguir un objetivo concreto. Colin Powell, secretario de Estado, de los Estados Unidos difundió el mensaje de que Iraq estaba fabricando armas de destrucción masiva y que por esa razón Estados Unidos debía intervenir en Iraq. Años más tarde se descubrió que era mentira, fue poco después del 11S, Estados Unidos quería venganza por lo que ocurrió en Nueva York y buscó una razón para atacar a Iraq. ¿Por qué los medios no hicieron su papel? El deber de un periodista es averiguar la verdad y contarla, John Pilger, “La vida de muchas personas dependen de la verdad”. ¿Qué ocurrió entonces? ¿Por qué no se sacaron a la luz todas las imágenes y hechos que realmente ocurrieron?
“Si los periodistas, incluido yo, hubiéramos empezado a hacer preguntas,” puedo decir que quizá no hubiéramos ido a la guerra. Comenta Dan Rather, ex presentador de las noticias en la CBS. En The War you don’t see, el periodista John Pilger investiga las causas y las razones de por qué los periodistas no publicaron las verdaderas imágenes de las guerras y no las informaciones sesgadas. En Iraq, imágenes de gente sacando niños entre los escombros, ciudades destruidas por los bombardeos, miles de cadáveres de civiles, familias destrozadas por el dolor y la muerte de sus seres queridos. Imágenes llenas de humanidad que muestran el verdadero lado de la guerra. Imágenes que no fueron publicadas mientras Estados Unidos estaba en guerra. Durante el conflicto en Iraq, aparecieron los llamados “periodistas embutidos”, reporteros o corresponsales que iban con los soldados a cubrir las batallas y los acontecimientos. Las imágenes y las noticias que ellos daban, eran las que se emitían.


 Pero esos periodistas estaban manipulados por el ejército, por el Gobierno, para ver sólo lo que era conveniente, para conseguir un objetivo, hacer ver que tenían razón y que el conflicto era necesario. Algunos reporteros viajaron hasta el territorio para averiguar la verdad, tras conseguir sus reportajes los enviaban a los medios de comunicación, pero estos nunca fueron emitidos. En el reportaje de John Pilger, Fran Unsworth, la directora de la recopilación de noticias de la BBC, intenta justificar el que esas voces no fueran escuchadas, según la periodista la razón es que otras voces fueron escuchadas.


En el conflicto de Iraq se escondieron las imágenes y se contaba sólo la versión del Gobierno. Pero no fue el único conflicto en el que ocurrió. Con la guerra de Vietnam, ocurrió algo parecido. Hollywood comenzó a lanzar películas de ciencia ficción sobre la guerra, claramente poniendo a Estados Unidos como los buenos. La gente empezó a creer que esta era la realidad.


Las imágenes de los soldados británicos torturando a civiles, no fueron emitidas. Las cifras de las muertes de los civiles fueron reducidas. Las víctimas de las guerras se convierten en simples números y se olvida que son personas, madres, niños, familias enteras destruidas sin consecuencias.


En el conflicto entre Israel y Palestina, los medios de comunicación tienen una gran importancia, en el reportaje The War you don’t see,  se muestran hechos que están ocurriendo hoy en día. Actualmente los espectadores que ven los telediarios o leen los periódicos, se pondrán en un bando u otro del conflicto debido a la forma de los medios de contar los hechos. Si un periodista critica a Israel, contando muchas de las muertes a periodistas por intentar contar la verdad, tendrá muchos más problemas que si critica a los palestinos. En Palestina, existe un control militar en todas las ciudades  impidiendo la vida normal de la población, situándonos desde el punto de vista de los palestinos, es normal querer eliminar esas barreras militares. 


Pero en occidente, sobre todo en Estados Unidos y Gran Bretaña, solo se cuenta las sublevaciones de los rebeldes palestinos, sin ver realmente el día a día de estas personas y como se vive bajo un régimen militar. Esto no se cuenta por temor a perder el trabajo, por miedo a las represalias o la reputación que se puede conseguir. Israel cuenta con propaganda para conseguir un objetivo concreto, que ellos son los buenos. Israel cuenta con un portavoz del gobierno, Marck Regev, mientras que Palestina no tiene un portavoz, lo que da cierta ventaja a Israel para dar su punto de vista. El punto de vista de los palestinos normalmente no sale a la luz. Los medios de comunicación deberían mostrar ambos puntos de vista para que los espectadores y lectores se formen su propia opinión, porque al dar sólo una versión sesgan la información, solo dan un punto de vista, el que el Gobierno quiere que vean.


En 2006 se lanza una organización internacional sin fines lucrativos dirigida por Julian Assange que publica los secretos de los estados participantes en muchos conflictos importantes, tales como la Guerra de Afganistán o Iraq y la matanza de miles de civiles. El 24 de octubre del 2011, Wikileaks cesa sus publicaciones por falta de dinero, en palabras del fundador Assange: “Nuestros escasos recursos deben concentrarse ahora en luchar contra el bloqueo bancario ilegal.” El bloqueo económico ha destruido el 95 por ciento de los ingresos del portal.

Wikileaks sacó a la luz un video hecho desde un helicóptero en el que se escuchaba y veía como soldados americanos disparaban desde el aire a un grupo de civiles y como se alegraban y felicitaban por ello. Ethan McCord fue uno de los primeros soldados en llegar a la calle donde ocurrió la matanza, Cuenta como le sorprendió el olor que había en la calle, los cuerpos tirados en el suelo, y su hazaña al sacar a dos niños que habían sobrevivido dentro de una furgoneta, desobedeciendo las órdenes del jefe de su pelotón que le decía que tenía que continuar su trabajo. ¿Dónde está la humanidad? ¿Por qué no salió esto a la luz?


En Kabul en 2001 y en Bagdad en 2003, bombardearon la redacción de Al Jazeera. El primer ataque fue para callar a los periodistas que publicaban hechos que el Gobierno no quería que salieran. Terry Lloid, de ITN, murió por disparos en Iraq por soldados americanos. Desde la invasión de Iraq han muerto 300 periodistas.


¿Debemos los periodistas arriesgar nuestras vidas para contar la verdad? El trabajo de un periodista es desafiar la versión oficial, buscar la verdad de los hechos sin dejarnos seducir por las palabras de los gobernantes ni las historias que nos cuentan, porque en ocasiones pueden ser verdad, pero en otras pueden llevarnos a situaciones en las que peligran la vida de otras personas, como son los conflictos bélicos. Como dice el periodista John Pilger en su reportaje: “La vida de muchas personas dependen de la verdad”. 

Para ver el reportaje, pincha en el enlace.
http://www.youtube.com/watch?v=dGsvKrXX0d4

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ciencia ficción con alma

Daniel S. Reina
Grata sorpresa. Una puerta abierta para el cine español a un nuevo camino que esperemos que no se cierre.

Kike Maíllo dirige su primer largometraje, una película humilde, sencilla, sin grandes fuegos artificiales, creativa, innovadora hasta cierto punto en nuestro cine, y más profunda de lo esperado. Se desprende de la clásica ciencia-ficción, de grandes ciudades avanzadas y saturada tecnología punta. Nos acerca el futuro a nuestra cotidianidad, un escenario nevado en el que contar una preciosa historia.

Su fotografía es cuidada, aunque, a veces, demasiado clásica su planificación. A pesar de eso, el apartado artístico es muy bueno. Robots con ingenio, en su justa medida. Un futuro retro, que recuerda en cierto modo a "Blade Runner", salvando las diferencias. Un escenario bellísimo, y la tecnología usada sin grandes artificios ni alardes de grandiosidad. La banda sonora es, en general, correcta. En momentos, espléndida y en otros se queda corta.

Los efectos especiales son buenísimos, realmente bien hechos y muy bien utilizados. El modo de creación del cerebro de un robot, me ha dejado sin palabras. Arte y más arte.

En cuanto al guión, nos encontramos con un Ulises, que regresa a su Ítaca particular en busca de Penélope. Muy a su pesar, es tarde, su Penélope está casada, y Telémaco... bueno, digamos que dará muchas sorpresas. Y en paralelo a esto, una gran pregunta, ¿Nos sustituirán socialmente las máquinas?, en cierto modo ya lo hacen, muchos creen estar profundamente unidos a su móvil, su maquinita o lo que sea. ¿Hasta dónde llegará esto? Preguntas que ya se hiciera Isaac Asimov, siguen planteándose y más ahora, donde la tecnológía está cambiando nuestra forma de ver las relaciones humanas. ¿Podrá una máquina sentir en algún momento? ¿Y qué efecto causará esto en nosotros? 

El punto más bajo del film lo encontramos en la interpretación. Daniel Brühl y Alberto Ammann, patinan de vez en cuando con sus personajes. Sobre todo este último, a quien además le ha tocado un personaje, que realmente ha sido mal-tratado. Claudia Vega (Eva), sin embargo, es encantadora, nos sacará más de una sonrisa, un gran personaje, muy entrañable. Marta Etura muy correcta, y simplemente con su sonrisa emociona. Pero el punto alto se lo doy a Lluis Homar, me ha sorprendido mucho, qué dificil no caer en el ridículo con su personaje, y qué bien lo ha llevado. Grande.

La película en general, funciona, funciona y mucho. Impresiona, deja buen sabor de boca. Abre un poco el alma, y emociona. Su inicio, nos abre una pregunta que nos mantiene alerta ante toda la dulzura del film. Un montaje brillante para mantener las emociones necesarias en cada secuencia. ¿Es ciencia ficción? Sí, lo es. Pero es una excusa, un cambio de aires para nuestro cine, para contarnos un bonito drama.

Le pongo un 8, por la osadía del proyecto. Si señores, podemos hacer buen cine. Hay medios y hay talento, solo tenemos que creérnoslo.

ENCERRADOS EN URGENCIAS

En el Hospital Doctor Negrín
     ENCERRADOS EN URGENCIAS
Los pacientes de psiquiatría cuentan su experiencia.
“Mínimo 4 o 5 días”, explica O., un joven de 23 años que permanece en el área de observación psiquiátrica del Hospital Doctor Negrín, en Las Palmas de Gran Canaria. Este es el tiempo mínimo aproximado que deben permanecer los pacientes que acuden a urgencias por motivos psiquiátricos, sin importar si mejoran en un día o dos, deben quedarse “encerrados” con un horario de visitas de 2 horas, de 6 a 8, y sin la oportunidad de hablar con el médico cuando deseen, sino en un horario que él establezca que no supera los 20 minutos diarios.
En España, excluyendo los trastornos causados por el uso indebido de sustancias, se puede afirmar que el 9% de la población padece al menos un trastorno mental en la actualidad y que algo más del 15% lo padecerá a lo largo de su vida. Estas cifras se incrementarán probablemente en el futuro.
(Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, Ministerio de Sanidad y Consumo, 2007.)
Existe vacío normativo en lo referente a la administración de tratamientos y a medidas coercitivas (aislamiento, contención física contra la voluntad del paciente). Esta ausencia de regulación deja a la iniciativa de cada centro la adopción de pautas o protocolos de actuación.
Los protocolos existentes en muchos hospitales suelen definir pautas de actuación y monitorización de la medida, pero no contemplan aspectos legales ni consideran la necesidad de informar al juez o la jueza al respecto cuando sea legalmente preciso. El psiquiatra de urgencias afirma que puede dejar a quien quiera encerrado y prohibirle las visitas si lo cree oportuno.
“¿Se puede saber si un paciente mejora sólo con verle durante 15 minutos al día?”, pregunta Toñy Aguilar, paciente que tuvo que pedir el alta voluntaria para poder salir de esa habitación. Una habitación que no mide más de 40 metros, con 6 camas, una de ellas en mitad del minúsculo pasillo por el que pasea de un lado a otro un joven porque es la única manera de entretenerse. Otro en cambio, entra y sale del baño. Parecen locos o personas con problemas mentales graves, pero en realidad, están ahí por diferentes motivos. A Toñy Aguilar la dejaron ahí por venir con ansiedad y problemas debidos a su depresión grave, “sólo quería hablar con alguien o que me dieran algo para relajarme”. En cambio el psiquiatra decidió que no estaba en condiciones de irse a casa.
Una mesa, 7 sillas, y 5 ventanas de medio metro de ancho y 30 centímetros de alto, en la parte superior de la pared, por las que sólo se observa la oscuridad del parking de urgencias. No es una sala en las que estés un día y te pasen a planta. Ahí tienes que permanecer el tiempo que el psiquiatra crea oportuno, y “después o te pasan a planta o te dan el alta”, añade O.
Cuando estás en una habitación, con 6 personas más, todo hombres salvo tú, sin televisión, sin revistas, sólo un periódico deportivo y una garrafa de agua, ¿no te vuelves loca? Cualquier persona en esas condiciones se volvería agresivo, o demente. Pero a ellos ya se les ve así antes de entrar. Te miran, te hablan de forma despectiva, como si fueras menos que ellos, y todo porque el mundo los ha hecho diferentes.
Esto es una realidad que se vive en muchos hospitales de España, son personas con alguna enfermedad o problema psicológico y que desean curarse y volver a casa. ¿No tienen ellos la oportunidad de recuperarse y vivir como los demás?